Considerado en su origen, concretamente en 1638, como el viñedo más grande de Médoc, fue completamente renovado por su dueño Alexandre de Gascq-Léoville en 1740. A pesar de que la finca se vio mermada con el paso del tiempo y de las generaciones, esta situación no impidió que, en 1855, Château Léoville Poyferré fuese galardonada con la distinción 2nd Grand Cru Classé.
En 1920, la familia Cuvelier compró Châteaux Léoville Poyferré y Moulin Riche que, unido a la propiedad anteriormente adquirida, Château Le Crock, permitió ganar una posición de prestigio dentro de los vinos de Burdeos y comercializar sus productos a nivel internacional.
Las inversiones realizadas en las últimas tres décadas, unido a su excepcional pasado, ha permitido que el viñedo mantenga el nivel de excelencia a lo largo de sus 80 hectáreas. Buscan la armonía entre la tradición y las innovaciones tecnológicas para ofrecer un vino moderno que respeta el cultivo tradicional.