En 1987, José María Ruiz, fundador de Pago de Carraovejas y gran conocedor de todo el potencial de la Ribera del Duero, cumplió el sueño de elaborar su propio vino las laderas de Carraovejas en Peñafiel, cuidando hasta el extremo el cultivo y la elaboración del mismo.
En las 200 hectáreas del viñedo, a 850 metros de altitud, se cultivan tres variedades de uva empleadas en la producción de los vinos: Tinto Fino, Cabernet Sauvignon y Merlot. Con el fin de mantener la calidad durante todo el proceso, la bodega utiliza técnicas innovadoras respetando la tradición y la producción artesanal en todas las fases.
Pago de Carraovejas ha sido pionero en varios hitos como el empleo de barricas de roble francés en la Ribera del Duero o el riego por goteo en toda la finca. En cuanto a la comercialización, sus vinos están presentes en 40 países alrededor del mundo.