Pontet-Canet 2018

Jean-François de Pontet  tras su trabajo en la corte de Luis XV regresa a Guyenne, para ser gobernador del Médoc. En 1705, adquiere unas hectáreas al norte de Pauillac. Un siglo después, Château Pontet-Canet triunfa en la famosa clasificación de 1855 ordenada por el emperador Napoleón III siendo distinguido como Grand Cru Classé.

En 1865, la propiedad es vendida por vez primera. La compra Herman Cruse. La familia administra Ponte Canet hasta 1975, durante 110 años. En esta fecha vuelve a cambiar de propietario, cuando fue comprada por Guy Tesseron. Durante su historia de casi 300 años Château Pontet-Canet ha tenido tres propietarios, tres familias . Algo insólito en el Médoc.

Esta singularidad facilita que sus vinos mantengan una tradición y una manera de hacer las cosas. Una viticultura pura, una vinificación respetuosa que solo usa levaduras indígenas e intervenciones minimalistas. Maceraciones de 4 semanas hasta la segunda vuelta. Una eterna búsqueda de la reunión intima  del productor, con la naturaleza y los suelos. Respetando al máximo el terroir, encontrando su mejor expresión sin artificios ni necesidad de quimeras tecnológicas. Pura emoción y sutileza. Otro de los grandes que ha conseguido en 2009, 100 puntos Parker.